miércoles, 27 de junio de 2018




Galápagos 


Es probable que no exista un lugar como Galápagos. Y no es sólo por cuestión de fauna, que es variada como en pocos lugares del mundo sino también por la forma en que los animales se comportan, como si el ser humano jamás hubiese pisado las islas. Su inocencia, la cercanía con la que se les puede observar y el respeto reverencial que existe hacia ellos en todo el archipiélago permite al viajero Galápagos., muy alejada de los safaris habituales en otros países. La visita a Galápagos no consiste exclusivamente en ver animales sino más bien en integrarse con ellos en un medio natural muy singular cuyo aislamiento ha permitido el mantenimiento de una conducta original. Son la muestra evidente en un pequeño universo rodeado de océano de que Charles Darwin dio en el clavo con su teoría de la Evolución de las especies. Es decir, llegar a las islas es una manera de vivir la naturalidad hasta sus límites más ancestrales y lamentablemente olvidados en el resto del planeta. Por eso y muchas más razones se ha convertido con todo derecho en uno de los mejores destinos para observar, fotografiar y, sobre todo, comprender una fauna bastante peculiar adaptada a un entorno que debe seguir siendo intocable, reserva Patrimonio de la Humanidad… y la Naturaleza.
Una vez hemos comprendido que venimos a convivir y estorbar lo mínimo posible sólo falta cargar la batería de la cámara, llevar suficientes tarjetas de memoria encima y contar con el beneplácito de los muchos seres que habitan las islas encantadas y que aparecerán como actores en un escenario teatral. Tras las bambalinas nada menos que la vida salvaje, y de espectadores nosotros, los que llegamos hasta aquí con la ilusión de presenciar una entretenidísima función. Por mi parte, si puedo aportar algo de luz y ayuda a esta aventura tan especial y soñada por muchos, os hablaré de 10 especies animales que pude ver y fotografiar durante el último viaje a Galápagos. Sólo ellos son los auténticos protagonistas que todos los visitantes de las islas deberían intentar contemplar en absoluta libertad y tachar de una check-list con la mejor y más completa fauna moradora de lugar sin igual como bien Darwin advirtió en su diario.
Ni que decir tiene que hablar de diez especies es una manera como cualquier otra de delimitar una explicación sobre Galápagos. Fueron muchas más las que se mostraron ante mis ojos durante la semana de viaje que pasé en San Cristóbal, Santa Cruz, Santa Fe, Plaza Sur, Bartolomé o Isabela (por este orden). Quizás no las mismas que hubiese encontrado en Pinzón, Española, Floreana, Marchena, Wolf, Seymour, las más alejadas o en áreas incluso de las mismas islas visitadas. Ya se sabe que para la noble tardea de observar y fotografiar naturaleza hace falta algo más que destreza o conocimiento. Me refiero a la suerte, a que el animal de turno pase justo en el momento oportuno y uno tenga la cámara de fotos preparada.

 


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